jueves, 7 de octubre de 2010

FIESTAS PATRONALES


28 de octubre
San Judas Tadeo
Poderoso Intercesor

Por Rita Morán

Cada comunidad católica que celebra sus Fiestas Patronales, como nosotros que todos los 28 de octubre y 29 de noviembre nos reunimos para agasajar la memoria de San Judas Tadeo y San Saturnino respectivamente, se dispone a gozar de una alabanza perfecta hacia Jesús a través de sus amigos: los Santos.

Porque se da el nombre de Fiestas Patronales?

Un santo puede ser declarado patrón de un país, de una diócesis, de una institución religiosa o de una causa. Las Fiestas Patronales expresan la dominación por la fe y la cultura del pueblo. Son días de bautismo y de confirma, de recogimiento y de reflexión sobre la vida mundana. La fiesta se inicia con cantos y oraciones en la Iglesia, para luego concluir recorriendo las calles y hasta pudiendo llegar de rodillas hasta el altar. Nos preparamos a disfrutar de una gran “fiesta” con mucha alegría, cariño, y con actitud de fe, hacia la veneración de nuestro santo patrono.

Los santos “han entregado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles,15,26). El Papa Benedicto XVI dijo: “El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad...”. Jesús, es la luz que ilumina a la Santa Iglesia, a todos los que abran sus corazones, siendo los santos las personas heroicas que brillan con el Señor.

Los santos contribuyen a fortalecer la unión existente entre la Iglesia del cielo y la iglesia en la tierra. Los santos interceden por nosotros, ya que están en Cristo y gozan de sus bienes espirituales. La intercesión nunca reemplaza a la oración directa a Dios, quien puede conceder nuestros ruegos sin la mediación de los santos. Pero como Padre se complace en que sus hijos se ayuden y así participen de su amor. Los santos aman la Eucaristía, a la Virgen y a los pobres, por eso al venerarlos damos gloria a Dios de quien proceden todas las gracias.

La intersección de los santos NO es una alternativa a la de Jesús. La oración principal de la Iglesia es la Santa Misa. Los santos interceden por ser miembros del Cuerpo de Cristo, Dios nos creó para ser familia, los del cielo y de la tierra estamos unidos en la comunión de los santos en Cristo. La familia comparte y se comunica sus esperanzas y tristezas, por eso los santos nos ayudan a adentrarnos en la presencia gloriosa de Dios pues ellos ya están allí. Dios nos acerca a algunos santos, por algún motivo inspirador y son a ellos a quienes rezamos y amamos.

Jaculatoria: Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor a Jesús y a María, escucha mi oración y protege a mi familia, y a cuantos con fervor te invocan. Amén

Honremos a nuestro Protector, San Judas Tadeo, con una buena Confesión y una Comunión fervorosa. Así nos haremos más agradables a Dios y obtendremos del Santo Apóstol más fácilmente la gracia que pedimos.