viernes, 5 de junio de 2009

Fiesta de Pentecostés de Niños








martes, 2 de junio de 2009

Instituto San Judas Tadeo

Retiro Espiritual - Nivel Primario
5to Grado Mañana y Tarde



domingo, 31 de mayo de 2009

Fiesta de Pentecostés

Para la lectura espiritual

…El Espíritu, dinamismo misterioso de la vida íntima de Dios, es el regalo que el Padre nos hace en Jesús a los creyentes, para llenarnos de vida. Es ese Espíritu el que nos enseña a saborear la vida en toda su hondura, a no malgastarla de cualquier manera, a no pasar superficialmente junto a lo esencial. Es ese Espíritu el que nos infunde un gusto nuevo por la existencia y nos ayuda a encontrar una armonía nueva con el ritmo más profundo de nuestra vida.
Es ese Espíritu el que nos abre a una comunicación nueva y más profunda con Dios, con nosotros mismos y con los demás. Es ese Espíritu el que nos invade con una alegría secreta, dándonos una transparencia interior, una confianza en nosotros mismos y una amistad nueva con las cosas.
Es ese Espíritu el que nos libra del vacío interior y la difícil soledad, devolviéndonos la capacidad de dar y recibir, de amar y ser amados. Es ese Espíritu el que nos enseña a estar atentos a todo lo bueno y sencillo, con una atención especialmente fraterna a quien sufre porque le falta la alegría de vivir.
Es ese Espíritu el que nos hace renacer cada día y nos permite un nuevo comienzo a pesar del desgaste, el pecado y el deterioro del vivir diario. Este Espíritu es la vida misma de Dios que se nos ofrece como don. El hombre más rico, poderoso y satisfecho, es un desgraciado si le falta esta vida del Espíritu. Este Espíritu no se compra, no se adquiere, no se inventa ni se fabrica. Es un regalo de Dios. Lo único que podemos hacer es preparar nuestro corazón para acogerlo con fe sencilla y atención interior…
Por: JOSE ANTONIO PAGOLA


Para rezar

«Cuando el vivir diario, amargo,
decepcionante y aniquilador se vive con perseverancia
hasta el final, con una fuerza cuyo origen no podemos
abarcar ni dominar...
Cuando uno corre el riesgo de orar en medio
de las tinieblas silenciosas sabiendo
que siempre somos escuchados,
aunque no percibimos una respuesta
que se pueda razonar o disputar...
Cuando uno acepta y lleva libremente una
responsabilidad sin tener claras perspectivas
de éxito y de utilidad...
Cuando se experimenta la desesperación
y misteriosamente se siente uno consolado sin consuelo fácil...
Cuando se da una esperanza total que prevalece
sobre las demás esperanzas particulares
y abarca con su suavidad y silenciosa promesa
todos los crecimientos y todas las caídas...
Entonces el Espíritu de Dios está trabajando.
Allí está Dios. Allí es Pentecostés».