sábado, 12 de septiembre de 2009

Don Bosco en nuestra ciudad


“En camino con Don Bosco”
es el lema que acompaña la peregrinación de Don Bosco, Padre y Maestro de la juventud, que comenzó el 25 de abril en Turín -en el mismo patio en el que ha trabajado por el bien de tantos chicos- y que continuará por las presencias salesianas de todo el mundo. En nuestro país estará desde el 18 de julio al 29 de octubre de 2009.
En el año en que recordamos el 150º aniversario de fundación de la Congregación Salesiana (18 de diciembre de 1859) y en vistas a la preparación del bicentenario del nacimiento del santo en I Becchi, Italia (16 de agosto de 1815), el Rector Mayor de los Salesianos, don Pascual Chávez Villanueva sdb, quiso compartir con todos nosotros el sentimiento de “estar frente a su padre”, experiencia que vivió cuando estuvo delante de los restos de Don Bosco y que nos invita a vivir a nosotros también cuando estemos ante las reliquias que recorrerán las casas salesianas del mundo.



La presencia de la réplica de la imagen de Don Bosco que contiene sus reliquias es una ocasión para tomar en las manos su vida, imitar su fe y su amor al Señor, y continuar el trabajo educativo, evangelizador y misionero con los jóvenes, sobre todo los más pobres, escuchando sus gritos y atendiendo a sus desafíos.
Juan Bosco quiere encontrarse con los niños, jóvenes y adultos, en cada casa que acoge, en cada parroquia que evangeliza, en cada escuela que encamina hacia la vida, y en cada patio donde se comparte la amistad y la alegría. Su imagen es la presencia misma: ¡DON BOSCO ESTA AQUÍ!La Familia Salesiana quiere agradecer y rezar ante Don Bosco, hacer memoria de la misión evangelizadora que comenzó en Argentina en 1875 y que hoy se continúa, para encender verdadera luz y esperanza para el futuro, a través de la preocupación por los jóvenes en el presente, para que la presencia de Don Bosco nos impulse a redescubrir su testimonio de vida.

Con la peregrinación de Don Bosco la Iglesia nos ofrece la Indulgencia Plenaria, que es un camino para purificar nuestro corazón de las ofensas que cometimos contra Dios, para encontrarnos plenamente con Él.
Que acompañando el camino de Don Bosco en su viaje por Argentina, podamos descubrir los variados rostros de la presencia salesiana en nuestro país, y nos dejemos interpelar por los rostros de los jóvenes que reclaman su derecho a no ser dejados al costado del camino.
Fotos: Victor Gomes

martes, 8 de septiembre de 2009

Retiro Espiritual Grupo Misionero



El 4, 5 y 6 de septiembre el grupo misionero estuvo de retiro. Lo predicó el Padre Pablo Barrios de la parroquia Santa Juana de Arco de Ciudadela. Fueron días de cercanía con Jesús y renovación del deseo de ser misioneros. Agradecemos al Padre Pablo y a Carmen y Belén que estivieron trabajando para que no nos falte nada en especial la comida.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Reflexión


El sufrimiento y nosotros
Por Rita Morán


El sufrimiento de la humanidad es tan intenso que cada vez existen más cantidad de seres que viven con congoja y tristeza, sometidos a períodos de ansiedad, miedo, penas y emociones que conllevan a la depresión, creyendo profundamente que sus vidas no tienen ningún valor. En ningún momento, se siente que lo importante es conocer y aceptar el valor que nuestras vidas tienen para Dios.

En la antigüedad, se afligían de un modo parecido; Job, padeció en su propia carne la enfermedad y fue victima de la desgracia, creyendo que Dios lo había abandonado. Jacob se deprimió prefiriendo la muerte cuando creyó que su hijo había muerto. El remordimiento por un error grave llevó al rey David a lamentarse todo el tiempo.

Dios permite el sufrimiento y el dolor, pero no lo quiere, algo así como permite el pecado y sin embargo tampoco lo quiere. Jesús, no vino a quitar el sufrimiento de nuestra vida, pero le dio un nuevo sentido: lo convirtió en un puente que nos conduce a un encuentro más profundo con Dios y con los demás. Jesús no nos redimió al hacer milagros, sino cuando respondió: “Si” a la voluntad del Padre ... hasta la muerte.

Si se le puede dar una forma al dolor, sería en una cruz, es decir cuatro puntas que nos enfrentan con nuestras realidades más profundas:
HACIA ARRIBA: nos invita a dar un sí de hijo a lo que Dios permita en nuestra vida.
HACIA LA PROFUNDIDAD: nos llama a dejar lo superficial, las cosas urgentes que a menudo desplazan a las importantes.
HACIA UNO DE LOS COSTADOS: nos impulsa a la maduración de nosotros mismos a través del sufrimiento.
HACIA EL OTRO COSTADO: nos abre a la solidaridad con los demás, porque en la realidad del cuerpo místico de Cristo, nuestro dolor ofrecido por otros (un hijo, un hermano, un amigo, un desconocido...) será para ellos una fuente de bendición.

Hoy más que nunca, debemos pensar en esas realidades con las que nos enfrenta la cruz y como conclusión elegir un propósito que nos ayude a vivir con alegría nuestra enfermedad.
Recordemos siempre, que detrás del sufrimiento se esconde la mano bondadosa de Dios, Él vivifica el corazón de los que estamos deprimidos y agobiados, por esto no debemos lamentar la situación de dolor y tristeza que vivimos, debemos agradecer la atención que nos prestan, y consolar a otro que está pasando por lo mismo que nosotros, y por sobre todo, hablar con otras personas del amor de Dios.



Santa Teresa expresa bellamente en una de sus poesías, la hermosura de la entrega generosa en las manos del Señor:
Dame muerte, dame vida
Dame salud o enfermedad.
Honra o deshonra dame.
Dame guerra o paz crecida
Flaqueza o fuerza cumplida.
Que a todo te digo que si.
Vuestra soy y para vos nací
¿qué mandas hacer de mí?

Que siempre tengamos la gracia de poder acercarnos a nuestro Dios,

aceptando la invitación que Él nos hace de arrojar nuestra carga sobre Él,

siendo el más perfecto de los consuelos y alivio. Amén.