sábado, 19 de marzo de 2011

San José


Fuente: Catholic.net

Esposo de la Virgen María
Martirologio Romano: Solemnidad de san José, esposo de la bienaventurada Virgen María, varón justo, nacido de la estirpe de David, que hizo las veces de padre al Hijo de Dios, Cristo Jesús, el cual quiso ser llamado hijo de José y le estuvo sujeto como un hijo a su padre. La Iglesia lo venera con especial honor como patrón, a quien el Señor constituyó sobre su familia.

Etimológicamente; José = Aquel al que Dios ayuda, es de origen hebreo.

Las fuentes biográficas que se refieren a san José son, exclusivamente, los pocos pasajes de los Evangelios de Mateo y de Lucas. Los evangelios apócrifos no nos sirven, porque no son sino leyendas. “José, hijo de David”, así lo llama el ángel. El hecho sobresaliente de la vida de este hombre “justo” es el matrimonio con María. La tradición popular imagina a san José en competencia con otros jóvenes aspirantes a la mano de María. La elección cayó sobre él porque, siempre según la tradición, el bastón que tenía floreció prodigiosamente, mientras el de los otros quedó seco. La simpática leyenda tiene un significado místico: del tronco ya seco del Antiguo Testamento refloreció la gracia ante el nuevo sol de la redención.

El matrimonio de José con María fue un verdadero matrimonio, aunque virginal. Poco después del compromiso, José se percató de la maternidad de María y, aunque no dudaba de su integridad, pensó “repudiarla en secreto”. Siendo “hombre justo”, añade el Evangelio -el adjetivo usado en esta dramática situación es como el relámpago deslumbrador que ilumina toda la figura del santo-, no quiso admitir sospechas, pero tampoco avalar con su presencia un hecho inexplicable. La palabra del ángel aclara el angustioso dilema. Así él “tomó consigo a su esposa” y con ella fue a Belén para el censo, y allí el Verbo eterno apareció en este mundo, acogido por el homenaje de los humildes pastores y de los sabios y ricos magos; pero también por la hostilidad de Herodes, que obligó a la Sagrada Familia a huir a Egipto. Después regresaron a la tranquilidad de Nazaret, hasta los doce años, cuando hubo el paréntesis de la pérdida y hallazgo de Jesús en el templo.

Después de este episodio, el Evangelio parece despedirse de José con una sugestiva imagen de la Sagrada Familia: Jesús obedecía a María y a José y crecía bajo su mirada “en sabiduría, en estatura y en gracia”. San José vivió en humildad el extraordinario privilegio de ser el padre putativo de Jesús, y probablemente murió antes del comienzo de la vida pública del Redentor.

Su imagen permaneció en la sombra aun después de la muerte. Su culto, en efecto, comenzó sólo durante el siglo IX. En 1621 Gregorio V declaró el 19 de marzo fiesta de precepto (celebración que se mantuvo hasta la reforma litúrgica del Vaticano II) y Pío IX proclamó a san José Patrono de la Iglesia universal. El último homenaje se lo tributó Juan XXIII, que introdujo su nombre en el canon de la misa.

jueves, 17 de marzo de 2011

El Papa envió 100 000 dólares de ayuda al Japón

Fuente: AICA
El papa Benedicto XVI envió una donación de 100 000 dólares a la Conferencia de Obispos Católicos del Japón para ayudar a las víctimas del terremoto y el tsunami que azotaron la isla el viernes 11 de marzo.


Monseñor Anthony Figueiredo, del Pontificio Consejo Cor Unum, encargado de las obras de caridad del Papa, señaló a Radio Vaticano que lo ocurrido en Japón es "una vasta tragedia" que se suma al tsunami de 2004 en Asia, el terremoto y las inundaciones en Pakistán y el devastador terremoto de Haití en enero de 2010.

"Obviamente se necesita ayuda material y concreta. El Santo Padre envió a través de este Pontificio Consejo la suma de 100.000 dólares a la Conferencia de Obispos japoneses porque esta es la forma más rápida en que los fondos pueden llegar a las diócesis más afectadas".

Reunión de emergencia de los obispos del Japón
Luego de agradecer al papa Benedicto XVI su contribución de 100 000 dólares para ayudar a los damnificados por la tragedia en Japón, los obispos anunciaron una reunión de emergencia para coordinar la respuesta de la Iglesia tras el terremoto y el tsunami.

El Obispo de Sendai, la zona más afectada por la catástrofe, monseñor Tetsuo Hiraga, señaló a la agencia vaticana Fides que los prelados de Japón “tenemos que asesorarnos sobre cómo actuar. Mientras tanto, confiamos en Dios y pedimos las oraciones de los cristianos de todo el mundo", indicó.

Sobre las labores actuales ante la emergencia, monseñor Figueiredo señaló a Radio Vaticano que este dicasterio trabaja de cerca con los obispos japoneses, la red de Caritas Internationalis y otras organizaciones de ayuda para determinar la mejor forma de responder a las necesidades de los habitantes de Japón.

"Lo que primero que tenemos que hacer es rezar para que estas personas tengan esperanza", señaló. Además, añadió, "los obispos son los primeros responsables por las obras de caridad en las diócesis y ellos conocen las necesidad de la gente".

Sobre la situación en Sendai, la zona más afectada por la tragedia, monseñor Hiraga señaló a Fides que "necesitamos la unidad y la buena voluntad de todos".

"Hemos recibido el mensaje del Santo Padre y le damos las gracias por sus palabras que inspiran coraje y esperanza. Hoy esta es nuestra misión específica: ayudar a la nación a levantar los ojos al cielo, y a mantener viva la llama de la esperanza", concluyó.

Monseñor Figuereido señaló también a Radio Vaticana que "con el tiempo, la tragedia con frecuencia se olvida. Esto es lo que pasó en Haití, así que la Iglesia quiere estar allí no solo en el corto plazo sino especialmente a largo plazo cuando las agencias seculares ya se han ido y no queda nadie para ayudar".

Nos aterra un posible desastre nuclear
Monseñor Hiraga manifestó que "estamos aterrados" ante la posibilidad de un desastre nuclear en la planta de Fukushima en donde se registró una tercera explosión.

En declaraciones a Radio Vaticana, el Prelado japonés dijo que "nosotros, viviendo en Sendai, no tenemos idea clara de la situación hasta ahora. Ustedes en otros países tienen más idea de la tragedia".

Sin electricidad desde el sábado y con los teléfonos restablecidos a partir de hoy, el Obispo explica que los habitantes de la zona no saben bien lo que ocurre en la planta nuclear de Fukushima, situada a poco más de 100 kilómetros de Sendai.

Esta planta está bajo vigilancia luego de una tercera explosión y un incendio ocurridos en el reactor 2.

Los expertos en energía atómica de Naciones Unidas y Estados Unidos buscan ayudar a los equipos japoneses para restablecer los sistemas de enfriamiento, dañados durante el terremoto, para detener así la posible fusión.

"Estamos aterrados. Solo tenemos los anuncios del gobierno y no tenemos otra fuente de información".

"No sabemos ni siquiera lo que ha sucedido en nuestras parroquias en las ciudades y villas junto a la costa. No tenemos manera de contactarlos. Solo espero que la gente de mi diócesis pueda estar junta y se mantenga fuerte para superar este desastre", concluyó.

domingo, 13 de marzo de 2011

Rivadavia 2

Retomaron las Misas en el Barrio Rivadavia 2