domingo, 13 de diciembre de 2009

Instituto Parroquial San Judas Tadeo

Nivel Secundario - Misión Jujuy

Testimonios:
Ir a Jujuy me hizo pensar que dentro de mí se encuentra todavía la razón de mi existencia fundamental, de encontrar mi esencia en el otro.
Quise descubrir en qué momento perdí la sensibilidad ante el rose de la humanidad, ante el contacto con la creación divina, ante la comunicación sincera con el otro.
A medida que desarrolle mi propio pensamiento, mis objetivos fueron cambiando, de algo abstracto a algo material.
No vi que la ambición se metió por mis ojos y se estableció como único objetivo para ser feliz.
El desarrollo de mi propio pensamiento se vio reflejado ante el apretón de unas manos desnudas con rasgos de experiencia y el abrazo sincero de un alma inocente. Me despertó del mundo que construía dentro de lo material, me hizo entender que el único objetivo del hombre es la humanidad, la comunicación con el hombre y con la naturaleza, con el único objetivo de Amar para ser feliz. Simplemente ver otra vez el niño despojado de toda pertenencia material, me hizo ver que así yo estoy despojada de los valores fundamentales que son únicos y verdaderos ante Dios.
Sentí tanto amor por todo lo vivido en Jujuy, que me puse a reprochar por todo aquello que sostuve durante largo tiempo. Sin embargo todo aquello era el reflejo del lugar donde vivo. Un mundo encarecido de Amor, en el cual no promueve la unión, sino la individualidad.
Betty, 5° Año Instituto San Judas Tadeo



En la misión, a dos días de llegar, me acuerdo que por la altura nos agitábamos muy rápido. Esa tarde, mientras el resto del grupo fue a misionar casa por casa, algunas chicas nos quedamos a jugar con Fátima, Celín y Bail. Nosotras queríamos juagar al vóley y a ellos les gustaba el básquet, así que hicimos primero partiditos de vóley para luego seguir con otros de básquet. Cuando terminamos de jugar al vóley estábamos cansadas, cada tanto pedíamos un minuto para tomar aire.
Cuando fuimos con Javier (el Rector) a visitar las casas, nos encontramos con un Señor, Tadeo Mamani, que nos invitó a pasar a su casa. Tuvimos una charla en la que nos contó el esfuerzo de toda su familia para levantar su casa y poder mandar a sus hijos al colegio. Decía que le gustaba la vida del campo porque implica esfuerzo y mucho trabajo que se lleva con la frente en alto, haciéndole valorar la comida que lleva a su mesa todos los días.
Tadeo nos preguntó si el colegio era de mujeres. Javier después le explicó que del San Judas solo habían ido chicas a misionar y le prometió que si año próximo podemos volver a la colonia San José, va a llevar a los varones del colegio, para que vea que no es un colegio solo de mujeres.
El primer día que llegamos, las chicas jugaron con los nenes al futbol y el que ganaba compraba gaseosas para todos. En medio del partido Betty se cayó en el barro y se manchó toda la babucha, la altura nos cansaba muy rápido y los chicos terminaron ganando por goleada. Tuvimos que comprar Fanta. Eso si, a Betty después la llamaban la chica del barro.
El día que nos íbamos de Colonia San José, me había hecho amiga de Antonella, de 5° grado, así que para no olvidarnos mutuamente, ella me dio una pulserita y yo le di mi anillo con un corazón. Cuando terminaron las clases, la acompañe para la parada del Vallisto y la saludé. Nunca voy a olvidarme de esa nena y espero que el año que viene pueda volver a la Colonia San José.
Araceli, 5° Año San Judas Tadeo.