Por Rita Morán
Ayer Domingo de Ramos, celebramos la proclamación del Rey de los judíos, un Rey sin poder, sin lujos ni ornamentos, solamente transmitiendo Amor a ese pueblo que El sabía que luego lo iba a crucificar. Dios es amor, dice San Juan. Y el amor, es el único poder que tenía Jesús, para transformar nuestras vidas, y llevarnos a la salvación.Hemos iniciado la Semana Santa, celebremos cada día los misterios de la salvación realizados por Jesús durante los últimos días de su vida.
Lunes Santo Jesús visita a sus amigos, María, Marta y Lázaro-María anticipa aquí los cuidados que no podrán ser dados al cadáver de Jesús en su sepultura según la tradición judía. Señor, ayúdanos a encontrarte donde quiera que sea, en particular en los enfermos próximos a morir, de los cuales decías: "lo que hacéis a éstos, me lo hacéis a mí..." Amén.
Martes Santo Hablar de traición supone hacer referencia a una relación de amor y fidelidad frustrada. Sólo se traiciona lo que se ama. ¿Estaremos nosotros traicionando a Jesús a quien queremos amar? Señor, por intercesión del Apóstol San Pedro que nos fortalezcas nuestra debilidad por medio de un profundo arrepentimiento. Amén.
Miércoles Santo reflexionemos el contraste entre Jesús que ama y sirve y Judas que ambiciona y traiciona. Temblemos por ser Judas, y no caigamos en la tentación de vender a nadie ni pisotear su dignidad. Señor, ayúdanos a no ser Judas. Amén.
Jueves Santo día de la Cena del Señor, donde Jesús instituyó la eucaristía, su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Señor, que siempre reconozcamos tu presencia real y viva en cada sagrario del mundo, en cada comunión y también podamos entender tu lección de humildad mostrada en el lavatorio de los pies. Amén
Viernes Santo La muerte de Cristo en la cruz se convierte para nosotros en redención. Y si es un momento de profundo dolor, de pena, es al mismo tiempo, un momento de profunda liberación. Señor, ponemos nuestras vidas en tus manos, con todas nuestras angustias y dolores. Amén
Sábado Santo Jesús no en el sepulcro frío, sino en nuestro corazón, ven a descansar. También es frío nuestro corazón, por nuestros pecados, pero al menos está animado de buenos deseos. Señor, queremos amarte, recompensarte, agradecerte y unirnos a Ti. Amén.