viernes, 1 de julio de 2011
miércoles, 29 de junio de 2011
Reflexión: La Roca y el Fuego
Por Claudia Tomino de Block
Para los cristianos de hoy son dos referentes impresionantes, ejemplo de lo que Dios puede hacer en el corazón del hombre cuando este se deja modelar por Su Gracia. En medio de esta sociedad egoísta, individualista y mediocre en que nos toca vivir, podemos volver a repetir “Si Dios esta con nosotros, quien estará contra nosotros…EN TODO VENCEMOS PLENAMENTE PORLA FUERZA DEL QUE NOS AMO. Rom 8,35-38
Uno dicen, era un hombre de temperamento sanguíneo. Se llamaba Simon, pero su Maestro además de cambiar su vida por completo, le cambio el nombre y le puso Cefas (piedra). Era pescador y su Maestro decidió que el seria” Pescador de hombres.”Si, estoy retratando la figura del que hoy es San Pedro para todos los cristianos. Paso a la historia como uno de los hombres que siguió con más fidelidad a Jesús, hasta morir crucificado cabeza abajo por su propio pedido porque no era digno de morir “igual que su Señor.”
Sin embargo el evangelio también nos habla de sus debilidades, como el miedo que se apodero de el cuando una mujer lo señala como uno de los seguidores de Jesús y el lo niega. Como sus distintas opiniones sobre el modo de evangelizar que lo enfrentaron en acaloradas discusiones con el otro gran apóstol de los paganos.
El otro era un hombre con prestigio; de buen nivel social y económico y respetado por el poder de turno. Pertenecía a una familia destacada y había recibido muy buena educación.
Sin embargo caminaba por la vida por el camino del error, aunque con sus mejores intenciones. Creía que debía combatir a los discípulos de ese rabí tan particular que había alterado los días rutinarios en la Galilea de Yahvé. Y salio a combatirlo creyéndolo un impostor, para salvaguardar el honor del Verdadero Dios a quien servia celosamente.
Fue en un camino hacia Damasco cuando la Verdad se le revelo. Ese rabí realmente era Hijo de Dios y el le estaba obstaculizando el camino. Una ceguera le renovó la visión para poder ver con claridad y ese odio que abrazaba su alma se transformo en amor ardiente hacia el Maestro que le había endulzado y pacificado el corazón, que sabia de reglas y ahora vivenciaba el verdadero Amor. Su nombre era Saulo pero a partir de ese momento se llamo Pablo (el pequeño).
De ahí en más, desdeño el prestigio, el nivel social y las habladurías, solo le importo servir al Salvador.
Sufrió hambre, persecución, pobreza, su vida corrió peligro varias veces, nada le importo. Por transmitir el Evangelio recorrió el mundo y sus enseñanzas llegaron a todos los hombres, quemando con el fuego del Espíritu a los corazones que no podían permanecer indiferentes a La Palabra. Después de tantas penurias y una vida de tanta pasión, llego el martirio para sellar su unión con Jesús. Así lo revela en sus palabras “Para mi la vida es Cristo”.
Para los cristianos de hoy son dos referentes impresionantes, ejemplo de lo que Dios puede hacer en el corazón del hombre cuando este se deja modelar por Su Gracia. En medio de esta sociedad egoísta, individualista y mediocre en que nos toca vivir, podemos volver a repetir “Si Dios esta con nosotros, quien estará contra nosotros…EN TODO VENCEMOS PLENAMENTE POR
martes, 28 de junio de 2011
domingo, 26 de junio de 2011
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