Fuente: AICA
Fresca aún la sangre de los 58 muertos que causó el pasado 31 de octubre el asalto a la catedral de Bagdad, el martes 16 de noviembre un grupo de extremistas musulmanes irrumpió en una casa en la ciudad de Mosul, a unos 350 kilómetros al noroeste de Bagdad, y asesinó a balazos a dos hombres siro-católicos, en el marco de la ola de violencia contra esta comunidad en Irak. El pasado 31 de octubre un grupo de siro-católicos en Irak fue masacrado en la catedral de Bagdad en donde los extremistas musulmanes asesinaron a 58 personas. Una semana después y luego de varios ataques con bombas cinco personas más perdieron la vida.
En el ataque del 16, los extremistas irrumpieron sin más en la sala de la casa y mataron a los dos hombres. Otra casa perteneciente a una familia cristiana también fue atacada con una bomba.
Tras este ataque cientos de familias cristianas huyeron de Mosul para escapar a más ataques extremistas y a la violencia sectaria entre musulmanes chiítas y sunnitas luego de la invasión estadounidense de 2003.
El lunes 22 la violencia contra los fieles cristianos se cobró la vida de otras tres personas en Mosul, en el norte de Irak, en dos sucesos distintos, según informó la Policía de Mosul.
En el primero de los sucesos, un extremista acabó con la vida de dos cristianos hermanos, a los que les disparó en su lugar de trabajo, situado en la zona industrial de la ciudad. Los dos fallecidos eran soldadores y propietarios del local.
El tercer cristiano asesinado este lunes fue una mujer de edad avanzada que apareció estrangulada en su domicilio, ubicado en el centro de Mosul.